Reseñas
¿Por qué tomarse la molestia de hacer elecciones?
Por:
En su último libro “Por qué tomarse la molestia de hacer elecciones” el politólogo Peter Przeworski provoca desde el título y moviliza al lector con un conjunto de preguntas incómodas que va a intentar responder apelando a un lenguaje llano y a numerosas referencias y datos empíricos anudando teoría, ciencia e historia políticas.
La democracia es un arreglo político en el que los ciudadanos pueden seleccionar y remover a sus gobiernos mediante elecciones. Pero, en la actualidad –y de manera global- las principales instituciones y mecanismos de funcionamiento de la democracia liberal aparecen cuestionados.
Los vehículos para la representación de intereses y la administración de conflictos tanto como para la búsqueda de consensos -siempre contingentes, relativos y acotados- lucen incapaces de alcanzar estos objetivos en el marco de nuestras sociedades complejas, diversas, fragmentadas…
El autor sostiene que, a pesar de que las elecciones dejan a los ciudadanos mayormente desilusionadas ya sea porque el candidato de su preferencia pierde o gana pero no cumple sus promesas…..seguimos votando, seguimos planteando elecciones regularmente porque –si admitimos parafrasear a Churchill-, las elecciones “son el menos malo de los mecanismos para elegir a nuestros gobernantes” y por esa razón es “inevitable que las elecciones generen ganadores y perdedores”.
Destaca el autor que en cualquier democracia se espera que todos los actores que participan en la contienda tengan certidumbre sobre las reglas e incertidumbre sobre los resultados pero que es también una evidencia que en muchos países el sistema electoral está construído en la desconfianza.
Cuando las elecciones son competitivas constituyen un mecanismo real por el cual una colectividad decide quién gobierna. A pesar de ello, no deja de recordar que las elecciones no le dan a los gobernantes instrucciones vinculantes sobre cómo gobernar o cómo cumplir sus promesas de campaña.
Por eso plantea: “¿qué podemos esperar en un mundo real en que sólo algunos disfrutan del privilegio de la propiedad, en que los mercados distribuyen de manera desigual los ingresos y en que los partidos y los políticos hacen su mejor esfuerzo para perpetuarse en el poder?”.
Entra aquí la influencia del sistema económico que nos rige casi mundialmente: “el capitalismo impone límites en las decisiones que se pueden alcanzar mediante elecciones, restricción que ata a todo gobierno”.
Entonces ¿de qué sirven las elecciones? Adam Przeworski propone una explicación: ofrecer un proceso por el cual personas con distintos intereses procesan sus conflictos de manera pacífica. Insuficiente pero no poco!
Por qué tomarse la molestia de hacer elecciones? constituye un breve y efectivo recorrido para entender el funcionamiento de la democracia real. Su lectura en este tiempo nuestro de elecciones resulta más urgente y necesaria.
