Pobreza energética en el Chaco: primeras aproximaciones a su estudio

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Miradas Locales

Pobreza energética en el Chaco: primeras aproximaciones a su estudio


Por: Ayelén Flores, Marcela López Cechini, y Rafaela Lescano
Tramas pobreza-energetica-aumenta-riesgo-prematura_1100899982_11149098_1020x574 Pobreza energética en el Chaco: primeras aproximaciones a su estudio  Revista Tramas

Introducción

Teniendo en cuenta que la Escuela de Gobierno del Chaco se propone, entre otros objetivos, generar conocimiento científico situado que contribuya a la modernización económica y social de la provincia, el presente artículo pretende comenzar a introducir una temática esencial vinculada al desarrollo y la calidad de vida de sus habitantes: la pobreza y la vulnerabilidad energética. Este fenómeno está asociado a la dificultad que tienen los hogares para soportar el pago de la energía o para acceder a servicios energéticos modernos, teniendo en cuenta que el acceso a la misma es un insumo fundamental para el desarrollo, a la vez que constituye un derecho humano básico. En ese sentido, el objetivo de mitigar la pobreza promoviendo crecimiento económico y desarrollo humano necesariamente implica garantizar el acceso universal de la población al consumo de energía, ya que al observar la relación entre el consumo per cápita de energía y el Índice de Desarrollo Humano -IDH- parece claro que superar la pobreza va acompañado de un mayor consumo energético.

 

mitigar la pobreza promoviendo crecimiento económico y desarrollo humano necesariamente implica garantizar el acceso universal de la población al consumo de energía

 

 El objetivo de este artículo es exponer algunas herramientas teóricas y cuantitativas que nos permiten ofrecer una primera aproximación a la problemática. Para esto, en una primera instancia revisaremos brevemente la situación actual de la estructura energética de la provincia. Luego examinaremos las dinámicas de la demanda del servicio de energía, para finalmente analizar conceptualmente el fenómeno de la pobreza energética y presentar los resultados de los primeros indicadores que el equipo de investigación de la Escuela de Gobierno ha calculado.

 

Breve caracterización energética de la Provincia del Chaaco

La provincia del Chaco se encuentra conectada al Sistema Argentino de Interconexión (SADI), vinculación eléctrica que le permite recibir energía desde el sistema interconectado y operar en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), teniendo acceso a los beneficios desde el punto de vista de la calidad, confiabilidad y economía del suministro. La interconexión al sistema eléctrico nacional tiene lugar en el límite Este y Sur.  Al Noroeste posee una red regional con pequeñas instalaciones dispersas que abastecen a las poblaciones locales, alejadas de las redes de transmisión troncales. La provincia no posee servicio de gas por red (es una de las cuatro jurisdicciones junto a Corrientes, Misiones y Formosa que aún no disponen de este servicio en el país), lo que obliga a los habitantes de Chaco a consumir gas envasado (GLP en garrafas) y muchas otras familias aún utilizan leña para cocinar e iluminarse. Cabe aclarar que el GLP no solo es más costoso que el servicio de gas por red, sino que además el uso de la garrafa es más incómodo para los hogares.

Con respecto a la generación eléctrica que se produce en suelo provincial, se debe tener en cuenta que el 100% de la misma es de fuente térmica (a nivel nacional esta tecnología representa el 62,6%, seguida por Hidráulica -27,2%-, Nuclear -5,6%- y Renovable -4,6%-). Por otra parte, hasta el año 2017 la oferta de energía local abasteció en promedio el 9% de la demanda provincial, año a partir del cual se ponen en funcionamiento una batería de mejoras en la transmisión eléctrica que permiten al Chaco adquirir mayor cantidad de electricidad del MEM, a saber: la instalación de la línea de media tensión de 33 kV entre localidades de Colonias Unidas y Las Garcitas, la construcción de la Estación Transformadora 132/33/13,2 kV Resistencia Norte Parque Caraguatá, la instalación de la línea de alta tensión doble terna de 132 kV entre Puerto Bastiani y Puerto Vilelas y de la estación transformadora de 132/33/13.2 kV Puerto Vilelas.

En cuanto a las fuentes de energía renovables, es preciso destacar que si bien a nivel nacional, casi un 5% de la demanda de energía es abastecida por fuentes renovables, la oferta provincial total aún no cuenta con una participación significativa de fuentes energéticas alternativas. De todos modos, en diciembre de 2020 se inauguraron dos plantas modelo de energía renovable a partir de Biomasa en las empresas UNITAN e INDUNOR. Ambas requirieron de una inversión de 43 millones de dólares y se estima que puedan alcanzar una potencia de 19 Mega Watts. A su vez, se calcula que generarán unos 700 nuevos puestos de trabajo. De esta manera, se aprecia que en un futuro muy próximo, la provincia ya podrá abastecer parte de su demanda energética a través de energías renovables, principalmente a través de la biomasa. Por otro lado, en noviembre del 2020 la firma Wolfie S.A. puso en marcha su planta de energía fotovoltaica, lo que le permitirá abastecer su propio consumo y el de otras naves del parque industrial de Puerto Tirol, convirtiéndose en el primer usuario generador de energía solar en la provincia. Asimismo, actualmente se encuentran en trámite otros 12 pedidos de empresas que pretenden convertirse en usuarios generadores. Si bien aún es muy pronto para hablar de transición energética, es claro que estos podrían ser los primeros pasos hacia ello.

En cuanto al servicio de distribución de energía, el mismo se encuentra federalizado en todo el país y en el caso de la provincia del Chaco la empresa que está a cargo es SECHEEP, la cual se encarga de la explotación y administración de centrales eléctricas, medios de transmisión, estaciones transformadoras y redes de distribución y del suministro eléctrico a los usuarios y redes de alumbrado público. Con respecto al servicio eléctrico rural de la provincia, resulta importante destacar que si bien existe una distribución pareja entre el sector privado y el Estado Provincial respecto a la prestación del servicio (ya que el 54% del servicio rural lo realizan las cooperativas quedando el restante 46% a cargo de la empresa estatal SECHEEP), las tarifas del servicio varían de una prestadora a otra, estableciéndose como base los valores aplicados en el sector urbano por SECHEEP, y elevándose la tarifa en algunos casos hasta el triple, con una importante dispersión de los costos de una localidad a otra. Esto implica un gran obstáculo para el acceso a la electricidad para el total de usuarios rurales que representan alrededor de un 6% del total provincial.

La autonomía de una región, provincia o localidad específica, se ve determinada en gran medida por el poder que esta posea sobre sus propios recursos para satisfacer las necesidades fundamentales de los ciudadanos que en ella habitan. En esta línea, es necesario remarcar que la provincia presenta una dependencia prácticamente absoluta en cuanto a la generación de servicios eléctricos, ya que hasta el año 2017 la oferta de energía local abasteció en promedio el 9% de la demanda provincial. En otras palabras, en promedio más del 95% de la fuente de energía generada y lista para consumo proviene por fuera de los límites del Chaco.

 

en promedio más del 95% de la fuente de energía generada y lista para consumo proviene por fuera de los límites del Chaco.

 

La provincia actualmente utiliza el 2,03% de la energía que se consume en Argentina, pero solamente produce el 0,12% de la misma, lo que implica que Chaco es “importadora neta” de energía producida en otras provincias, evidenciando una dependencia casi absoluta en términos de la generación de los servicios eléctricos que utiliza. En este marco, desarrollar un esquema provincial de aprovechamiento de la biomasa forestal y agrícola, prestando atención también a la energía solar, parecen ser líneas de acción pertinentes para aumentar la generación provincial de energía.

A la luz de lo expuesto, es necesario precisar que si bien la capacidad instalada (medida en MWh) de la provincia crece, no lo hace a la una velocidad suficiente para sostener el potencial consumo. En otras palabras, durante el período 2015-2020 el crecimiento poblacional ha sido mucho mayor al de la potencia instalada.

 

Demanda energética del Chaco

Si nos enfocamos en la demanda de energía, es decir en su consumo, el mismo responde en gran medida al destino residencial.  Entre 2017 y 2019 casi el 70% de la demanda fue registrado como consumo residencial, un 25% como consumo comercial y el restante 6% para la industria y el gran comercio. Mientras que, como es de esperarse, los mayores consumos suceden durante los meses del año con temperaturas más elevadas (enero, febrero, marzo y diciembre).

 

durante el período 2015-2020, el crecimiento poblacional ha sido mucho mayor al de la potencia instalada.

 

En la última década, la demanda energética en la provincia ha experimentado un incremento sustancial, lo que podría deberse a dos motivos. Por un lado, debido al aumento de usuarios en casi el doble (46%) durante el período 2010-2019, y por el otro, porque los usuarios (en promedio) demandan un 75% más que lo demandado en años anteriores. De esta manera, se evidencia un importante aumento en la intensidad energética, puesto que en diferentes medidas tanto el número de usuarios como de consumo energético ha evolucionado de manera creciente.

Por último, resulta importante destacar que se han observado avances en cuanto a la cobertura de la demanda energética, considerando la evolución de usuarios sobre la población, esto quiere decir que el número de usuarios se incrementó en mayor magnitud que el aumento poblacional, por lo que se infiere un mayor acceso de los ciudadanos a los servicios energéticos.

 

Primera aproximación a la Pobreza Energética en el Chaco

Uno de los enfoques más conocidos es aquel que considera a la pobreza energética como un problema principalmente cuantitativo, que se relaciona con la posibilidad de un hogar de acceder a servicios energéticos, de cumplir con los pagos para su obtención, o con el hecho de destinar una parte excesiva de sus ingresos para pagar los servicios energéticos. Este enfoque entiende el fenómeno como una relación entre el nivel de ingresos de un hogar y los precios de la energía, pero no tiene en cuenta la calidad de la energía consumida, ni la calidad o el tipo de electrodomésticos que posee la unidad. Esencialmente, se centra en cuantificar los ingresos mínimos necesarios de un hogar para su subsistencia, y establece que si el hogar gasta más del 10% de sus ingresos para adquirir servicios energéticos adecuados, se encuentra en condición de pobreza energética.

Otra parte de la literatura considera que la pobreza energética no es sólo un problema que está ligado a una unidad de medida de consumo energético o “al pago de una factura”, sino que tiene además una estrecha relación con el acceso a bienes que nos permitan optimizar el recurso energético, cómo ser electrodomésticos de consumo relativamente bajo, o bienes que cubran una necesidad básica, como el aire acondicionado o la calefacción, es decir, aquellos ligados a las condiciones ambientales en las que vivimos. Resulta claro que la falta de acceso a condiciones adecuadas de energía tiene un impacto significativo en las posibilidades de realización de las personas, ya que la posibilidad de acceder a este recurso sienta las bases para el goce de otros derechos fundamentales como la salud, la educación y la alimentación.

En este sentido, para contextualizar este fenómeno y ofrecer un análisis situado no sólo es necesaria la caracterización de la situación energética del Chaco, sino que también es fundamental considerar las dimensiones socioeconómicas propias de la provincia. En otras palabras, el concepto de pobreza energética resulta transversal a ambos análisis.

En consecuencia, es importante tener en cuenta a los ingresos y a los gastos de los hogares de la provincia ya que son determinantes para uno de los principales indicadores existentes de pobreza energética, definido como fuera anteriormente expuesto, a partir de la relación entre el gasto en energía y el ingreso de los hogares. En este sentido, según datos de la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo), los ingresos familiares de los chaqueños son inferiores a la media nacional. Asimismo, nuestra provincia posee, junto con Formosa, los ingresos individuales medios más bajos del país, lo que se suma al hecho de que ambas presentan las proporciones más bajas de ingresos laborales en la composición de sus ingresos totales. Por otra parte, la provincia ostenta la segunda tasa de actividad y empleo más bajas a nivel nacional, lo que se debe fundamentalmente a la salida del mercado laboral de aquellas personas en edad de trabajar, ya sea por frustración o por falta de oportunidades, volviendo muy escasa la población que se encuentra sin trabajo y que al mismo tiempo lo está buscando activamente.

Con respecto a los gastos, Chaco, exhibe una de las peores brechas en términos relativos al gasto medio nacional (-23,60%), ubicándose entre las cuatro provincias con gastos medios más bajos.

Utilizando la información proporcionada por la ENGHo se puede obtener una primera aproximación cuantitativa a la noción de pobreza energética. Por un lado, se puede observar la incidencia en gastos de energía por regiones, por otro, la encuesta permite identificar los diferentes tipos de energía consumida y su participación relativa en la estructura de gastos totales. En este sentido, la participación relativa del gasto de consumo en servicios de energía para los hogares del Chaco es de 9,27%, por encima del promedio nacional y regional NEA (5,9% y 7,6%, respectivamente). Asimismo, los datos permiten observar que aquellas regiones que presentan un gasto medio superior con relación al total nacional como Gran Buenos Aires, tienen a su vez una proporción menor de gastos en servicios de energía respecto de otras regiones, como el caso de NEA, donde el gasto medio mensual por hogar es menor y la proporción que destinan de su presupuesto a gastos de energía es la más alta. Esto quiere decir que estos hogares probablemente se ven obligados a descuidar la satisfacción de otras necesidades humanas fundamentales, debido a los mayores gastos en los que deben incurrir para cubrir el uso de la energía, lo que incidirá en el desarrollo humano de esas familias. Es preciso recordar que se deben tener en cuenta las características sociodemográficas del Chaco, con ingresos y gastos medios por debajo de la media nacional y sin red de gas natural, a lo que debe adicionarse que la ENGHO se realizó durante un período de 12 meses consecutivos en los cuales hubo un importante incremento de tarifas de los servicios públicos y en especial de energía eléctrica.

Resulta importante concluir que, de acuerdo a estimaciones a partir de los resultados de la ENGHo y siguiendo el enfoque de subsistencia, el 23% de los hogares urbanos de la provincia se encontraba en el período 2017-2018 (última oportunidad en que fue realizada esta encuesta) en situación de pobreza energética, es decir que estos hogares destinaron más del 10% de sus ingresos para adquirir servicios energéticos.

 

el 23% de los hogares urbanos de la provincia se encontraba en el período 2017-2018 en situación de pobreza energética

 

Finalmente, resulta pertinente remarcar que el hecho de que la cobertura eléctrica sea casi universal en la zona urbana de nuestra provincia (99,76%), no evita que una parte importante de la población chaqueña se encuentre en situación de pobreza energética, destinando una parte considerable de sus ingresos a los servicios energéticos, lo que implica que esos fondos no son utilizados en otras necesidades básicas fundamentales. Así pues, partiendo del hecho de que casi 1 de cada 4 hogares del Chaco se encontraban en 2018 en situación de pobreza energética, se revela imprescindible profundizar el análisis para conocer con mayor detalle esta problemática a nivel provincial y contar con elementos para mejorar las condiciones de vida de estas familias. En este sentido, las brechas sociales generadas por la distribución injusta de las riquezas, y un igualmente injusto costo del acceso a la energía, hacen necesario pensar en procesos de democratización y desarrollo sustentable.

Resulta igualmente importante generar desarrollos teóricos, herramientas conceptuales e indicadores vinculados con las realidades y experiencias propias de nuestra provincia en particular. Es preciso reiterar que el presente artículo no pretendía agotar la conceptualización y el análisis de la pobreza chaqueña en términos de energía; muy por el contrario, el objetivo del mismo fue más bien discutir las nociones vinculadas al concepto de pobreza energética y comenzar a analizarlo de forma situada, teniendo como eje orientador la idea de que visibilizar, teorizar y cuantificar un fenómeno implica dar los primeros y fundamentales pasos para lograr su resolución efectiva.

 

Referencias

 Flores et al (2020). Pobreza y vulnerabilidad energética en la Provincia del Chaco. http://escueladegobierno.chaco.gov.ar/images/nuestras-publicaciones/pobreza-energetica-chaco.pdf

González et al (2019). Energía eléctrica en la Provincia del Chaco. Análisis de la regulación, los cambios tarifarios y los impactos en los salarios. http://escueladegobierno.chaco.gov.ar/files/documentos-de-trabajo/informe-final-energia-2018.pdf

Jacinto, G., Carrizo, S. y Gil, S. (2019). Pobreza energética en Chaco, Argentina. Fontana, un laboratorio metropolitano para el fortalecimiento energético de poblaciones de bajos recursos. AREA, 25(2), 1-16. https://www.area.fadu.uba.ar/wpcontent/ uploads/AREA2502/2502_jacinto_et_al.pdf

Monzón et al. (2018). Alternativas energéticas para Chaco. http://escueladegobierno.chaco.gov.ar/files/documentos-de-trabajo/informe-final-energ%C3%ADa.pdf

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