Endeudamiento de hogares en Resistencia: una situación delicada

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Miradas Locales

Endeudamiento de hogares en Resistencia: una situación delicada


Por: Francisco Cantamutto y José María Morales
Tramas WhatsApp-Image-2021-06-10-at-11.32.18 Endeudamiento de hogares en Resistencia: una situación delicada  Revista Tramas

Introducción

El presente artículo reúne algunos de los principales hallazgos de la encuesta sobre la situación de ingresos y deudas de los hogares en Resistencia y su zona de influencia[1]. Se relevaron las diferentes situaciones de los hogares en relación a las deudas, caracterizándolas en torno a fuentes, motivos y efectos. Las mismas se asociaron a las características socio-demográficas y la situación económica de los hogares. De conjunto, esta investigación ofrece algunos hallazgos útiles para el diseño y aplicación de políticas públicas.

 

Población alcanzada por la encuesta

El endeudamiento forma parte de la realidad de los hogares de Chaco, y se había detectado como un problema general ya en informes previos a la pandemia[2]. A partir de la llegada de la COVID-19 a la Argentina, y la adopción de medidas de aislamiento social preventivo y obligatorio, la situación general de ingresos empeoró, y con ella, el endeudamiento en general. Transcurrido casi un año desde el inicio de la pandemia en el país, resulta valioso tratar de determinar la situación específica actual. La encuesta aquí analizada fue diseñada a tal efecto.

Su confección estuvo a cargo del equipo de investigación de la Escuela de Gobierno de la Provincia del Chaco, en el marco de un proyecto más amplio sobre la situación de endeudamiento de los hogares y empresas[3]. Considerando las dificultades de acceso para realizar encuestas presenciales, se adoptó un modelo de cuestionario en línea, donde las personas que deciden responder lo hacen por su propia cuenta. El mismo se alojó en el sitio institucional de la Escuela de Gobierno, y estuvo disponible durante dos semanas, entre el 12 y el 27 de febrero de 2021. La difusión se realizó a través de las redes y contactos institucionales de la Escuela, así como de las/os integrantes del equipo a cargo, a lo cual se le sumaron algunas entrevistas en medios locales para sensibilizar sobre el problema.

Se lograron recolectar 406 respuestas válidas, que no son una muestra representativa de la población de Resistencia. Debido al método de recolección de datos, hay un sesgo reconocible hacia respuestas de sectores de alto nivel educativo, con especial llegada a trabajadoras/es del sector público. Las repuestas de esta encuesta posiblemente representen de mejor manera la situación real de este sector social.

En términos socio-demográficos, la muestra tiene un leve sesgo hacia mujeres. En cuanto a la edad, poco más de la mitad de las respuestas corresponde a personas de 35 a 45 años, seguidos por los que se encuentran en el rango de 46 a 65 años (30,5%). Es decir, población económicamente activa. Respecto de la situación ante el sistema educativo, la encuesta tiene un perfil claramente sesgado hacia personas que han alcanzado altos niveles de educación. El 66,7% tiene estudios terciarios o universitarios parcialmente terminados o terminados sumado a que un 19% cuenta con estudios de posgrado. Es decir, muy elevados niveles educativos.

Situación laboral y de ingresos

En relación a la situación laboral, la encuesta mantuvo cierta relación con la estructura ocupacional de Resistencia, con dos sesgos: uno leve hacia el empleo en el sector público y uno más marcado respecto a la población desocupada. De modo que estos dos sectores son particularmente representados en la encuesta. Por el contrario, está subrepresentada la población considerada inactiva (jubiladas, estudiantes, personas a cargo de cuidados o tareas domésticas, etc.).

El efecto de la pandemia se hizo sentir en materia laboral. Un 44% de las personas ocupadas indicó que incrementó la cantidad de horas trabajadas, lo que supone un proceso de extensión de la jornada, con el consecuente desgaste físico y mental. Un quinto de las personas señaló haber trabajado menos horas producto de la pandemia. En una situación más preocupante están quienes no pudieron trabajar en absoluto (9,6%), sea por haber sido suspendido/a o por no estar permitida su actividad durante la cuarentena. Se trata de personas que no pudieron trabajar aun queriendo hacerlo.

En un mismo sentido, es relevante indagar qué ocurrió con los ingresos desde que se inició la pandemia. Una de cada dos personas indicó que sus ingresos permanecieron aproximadamente iguales. Esto no es necesariamente una buena noticia, considerando la inflación acumulada en el mismo período. Preocupa notar que poco más de tercio señaló que sus ingresos se redujeron en parte, y un 10% incluso indicó que estos se volvieron tan magros que prácticamente (o literalmente) no existen. Es decir, casi la mitad de las respuestas enfrentan problemas de ingresos vinculados a la actual crisis[4].

 

Un 44% de las personas ocupadas indicó que incrementó la cantidad de horas trabajadas

 

Aún a pesar de los sesgos de la encuesta, se ha logrado captar a un porcentaje preocupante de personas que trabajaron menos horas o fueron suspendidas (28,6%), lo que es congruente con el 35,5% de hogares que declaran haber tenido una merma en sus ingresos, e incluso no haber recibido ingresos en absoluto el mes anterior a la encuesta (10,1%).

Las respuestas anteriores llevaron a preguntar si fue necesario que alguien en el hogar debiera recibir ayuda a raíz de la situación de cuarentena por la pandemia. La gran mayoría, casi 3 de cada 4 respuestas, indicó que no recibió ninguna ayuda. Esto no significa que no la necesitase. Debe recordarse que casi la mitad de las respuestas recibidas (46%) provinieron de personas empleadas en el sector público, con lo cual no podían recibir ninguna de las ayudas de emergencia instrumentadas por la pandemia. Si eliminamos este subconjunto de la muestra (por no ser población objetivo de las políticas públicas para esta situación) resulta que casi la mitad (48%) de las personas encuestadas recibió algún tipo de ayuda.

Entre quienes recibieron algún tipo de ayuda, el Estado se presenta como la principal fuente de recursos, explicando el 70%. La segunda fuente de ayuda más relevada es la proveniente del aporte de familiares, amigos, vecinos y conocidos, detectándose un 27% del total de las fuentes de ayuda. De parte del Estado, la ayuda que más llegada tuvo fue la instrumentada para la situación de pandemia, el Ingreso Familiar de Emergencia. No se descarta que otras personas hayan recibido ayuda indirectamente.

 

¿Usted o alguien de su hogar recibió ayuda con motivo de la cuarentena?

Tramas 1 Endeudamiento de hogares en Resistencia: una situación delicada  Revista Tramas N = 419 (se tomaron respuestas múltiples)

 

Deuda de los hogares

Resulta llamativo que casi la totalidad de las personas que respondieron (98%) señalaron tener algún tipo de deuda al momento de realizar la encuesta. Se trata de un guarismo sumamente llamativo, pues alcanza a casi la totalidad de la población encuestada, considerando que la misma no necesariamente refleja la situación de los sectores más vulnerables. La siguiente tabla distingue dos tipos de deuda. Por un lado, la generada por la toma explícita de crédito, y por otro lado también se preguntó por atrasos en los pagos de alguna obligación previa (servicios, impuestos, etc.).

 

casi la totalidad de las personas que respondieron (98%) señalaron tener algún tipo de deuda al momento de realizar la encuesta

 

Respecto de la deuda por crédito, se repite el resultado, donde casi la totalidad de las respuestas expresa tener deudas, con leve mayor proporción en mujeres. La proporción es menor en las deudas por atrasos, aunque alcanza a dos tercios de las personas que respondieron. Esto expresa las dificultades económicas atravesadas durante los últimos meses, pues compone el supuesto de no cumplir con obligaciones contraídas previamente. Hay una mayor proporción de mujeres que tomaron deuda por atrasos en obligaciones preexistentes (73%). Si, como dijimos antes, esto es expresivo de una mayor vulnerabilidad o deterioro en los ingresos corrientes, las mujeres parecen estar más expuestas a endeudarse por esta forma.

 

Respuestas afirmativas

Tramas 2-1 Endeudamiento de hogares en Resistencia: una situación delicada  Revista Tramas

N = 406

 

En relación a la edad, se presenta una tendencia genera en la cual a mayor edad parece haber mayor propensión a tener deudas. Esto ocurre a nivel de las deudas en general, pero también aplica distinguiendo si se trata de una deuda originada en una operación de crédito o en atrasos en los pagos. La población más joven tiene menores proporciones en relación al conjunto, algo especialmente notable en relación a los atrasos. En cambio, la totalidad de las personas de más de 45 años tienen algún tipo de deuda.

En relación a la categoría ocupacional, nos encontramos con un escenario interesante. Las personas que están en condición de inactividad (no tienen ni buscan empleo) tienen una proporción relativamente menor de deuda que aquellas que están en actividad. Esto ocurre tanto para la deuda en general, como para las deudas de crédito o por atrasos. No obstante lo anterior, dentro de las personas inactivas, las jubiladas son las que muestran mayor proporción de endeudamiento, llegando al 100% de los casos en relación a los créditos. En el otro extremo están quienes son estudiantes, que tienen la menor proporción de endeudamiento de todas las categorías ocupaciones, mostrando un muy bajo nivel de deuda por atrasos (apenas un tercio tiene este tipo de deudas).

Entre las personas activas en el mercado laboral, el dato más visible es que la menor proporción de endeudamiento está en quienes se emplean en el sector privado. De todos modos, el 94% respondió tener deudas. Por otro lado, indicaron tener deuda la totalidad de quienes se ocupan como cuentapropistas, trabajadores/as eventuales, quienes se emplean en empresas familiares y empresarios/as. Las personas que realizan trabajos eventuales y las que están desocupadas son las que mostraron mayores proporciones de deuda originada en atrasos, lo cual tiene sentido en un contexto de inestabilidad en los ingresos.

 

Deuda por categoría ocupacional

Tramas 4 Endeudamiento de hogares en Resistencia: una situación delicada  Revista Tramas

N = 406

 

Es posible comparar también los niveles de endeudamiento según los niveles de ingresos. En este sentido, las proporciones de endeudamiento son levemente superiores entre quienes están en situación de pobreza que entre quienes superan ese nivel de ingresos. Esto esconde dos dinámicas de deuda diferentes. En relación a la deuda por atrasos, se verifica una especie de “V” invertida: hay una tendencia ascendente en este tipo de deuda según el nivel de ingresos, que cae abruptamente al superar la línea de pobreza. Menos de la mitad de quienes están por fuera de la pobreza tienen deudas por estos motivos. Al contrario, en el acceso a crédito, se muestra una tendencia ascendente con el nivel de ingresos.

 

Deuda según nivel de ingresos

Tramas 5 Endeudamiento de hogares en Resistencia: una situación delicada  Revista Tramas

N = 406

 

Al comparar las erogaciones originadas en las deudas con los ingresos de cada hogar, tenemos que, en 1 de cada 4 casos, un cuarto o menos de los ingresos totales del hogar se destinan al pago de deudas, siendo una situación manejable. El problema está en los restantes casos, en donde nos encontramos con una situación preocupante. Un tercio de las respuestas indicaron que los pagos de las deudas eran prácticamente equivalentes a sus ingresos, lo cual muestra una exposición severa en relación a la deuda. Más preocupante aún es que un 7% indicó que los pagos superaban a los ingresos, estando de este modo en una situación de virtual insolvencia. De modo explícito, en estos casos, la deuda está vulnerando derechos, puesto que consumos básicos no pueden ser alcanzados porque la deuda se lleva los ingresos necesarios para ello.

 

Un tercio de las respuestas indicaron que los pagos de las deudas eran prácticamente equivalentes a sus ingresos, lo cual muestra una exposición severa en relación a la deuda

 

Estas dos situaciones de severa exposición de endeudamiento parecen tener relación con un cambio en la percepción de ingresos. El 70% de quienes indican que los pagos equivalen a los ingresos, indicó a su vez que estos últimos bajaron en alguna proporción. Y la mitad de quienes indicaron que los gastos superan a los ingresos indicaron que estos últimos bajaron en alguna proporción. Es decir, la relación se deterioró por caídas en los ingresos.

                 

Fuentes y motivos

Respecto de las fuentes de crédito, las tarjetas de crédito y los bancos fueron las más referidas. Dos tercios de quienes tomaron crédito lo hicieron a través de las tarjetas de crédito, mientras que dos de cada cinco lo hicieron a través de préstamos bancarios. Se trata del recurso más formal, más regulado, y a pesar de tener tasas de interés relativamente altas, son menores a otras fuentes disponibles.

En tercer lugar, aparecen las casas de electrodomésticos, fuente de crédito para una de cada seis personas que tomó crédito. En este caso, es muy claro que se trata de consumo de bienes durables los cuales ofrecen financiación en cuotas, que resulta atractiva para poder adquirir el bien. Estas tres primeras fuentes tienen regulación legal, lo que implica condiciones más claras y la posibilidad de recurrir a distintas formas de mediación y protección en caso de conflicto entre partes.

La siguiente fuente más referida de crédito es de otra naturaleza. Se trata del crédito otorgado por familiares, vecinos/as o personas cercanas, a las que recurrió el 15% de las personas endeudadas. Este tipo de crédito es altamente informal, generalmente son acuerdos de palabra que están basados en la confianza mutua y donde las condiciones no se encuentran manifestadas en un instrumento legal.

Las dos siguientes fuentes, que utilizaron una de cada diez personas endeudadas, son más precarias, pero con características que las diferencian. Se trata del fiado en comercios del barrio de residencia con las mismas características que en el caso previo, de personas cercanas, basados en la confianza mutua y del caso de las casas de préstamo a sola firma, que se trata de un negocio dedicado a préstamos a sectores sin acceso al crédito formal, con baja regulación estatal y control, y el cobro de muy elevadas tasas de interés. Los créditos con estas casas son muy onerosos y riesgosos para quienes los toman, pero son al mismo tiempo de fácil tramitación y no requieren de una relación previa para ser obtenidos.

 

Fuentes directas de deuda: crédito

Tramas 6 Endeudamiento de hogares en Resistencia: una situación delicada  Revista Tramas

N = 389 (tiene deuda por operación de crédito). Nota: se aceptaron múltiples acreedores por respuesta.

 

Las anteriores fuentes representan operaciones pactadas de crédito –sea llamado así o no-. Como se comentó antes, también consideramos deuda originada en atrasos. Como se puede ver en el siguiente gráfico, las dos fuentes más utilizadas (casi dos de cada tres personas que incurrieron en atrasos) son los servicios públicos y el propio Estado en sus diferentes niveles. En el primer caso se incluyen servicios básicos como agua, luz, gas, telefonía, internet y cable, todos regulados, en algunos casos con límites a la posibilidad de cortar el servicio en caso de mora. En el segundo caso, se incluyen impuestos nacionales, tasas y contribuciones provinciales y municipales; y por fuera de las intimaciones de pago, se sabe que no hay cortes directos de un servicio por la mora. Ambas vías fueron las privilegiadas para retener algún excedente que pudiera utilizarse para otro fin.      Muy por detrás se encuentran los atrasos de pago de alquileres o expensas y las cuotas de colegio o institutos, a los que recurrieron respectivamente una de cada seis personas.

 

Fuentes indirectas de deuda: atrasos en pagos desde que empezó la pandemia

Tramas 7 Endeudamiento de hogares en Resistencia: una situación delicada  Revista Tramas

N = 289 (tiene deuda por atraso en pagos). Nota: se aceptaron múltiples acreedores por respuesta.

 

Respecto de los motivos para tomar deuda, las razones principales fueron la caída de ingresos y la compra de alimentos o bienes de almacén. Esto habla de una precarización severa de las condiciones de vida, donde ni siquiera el acceso a bienes básicos está garantizado sin el recurso del financiamiento. La caída de los ingresos aparece como un determinante central de la toma de deuda, lo cual debería ser un indicador de los caminos para resolver la situación de endeudamiento generalizado: revertir esa caída. Asimismo, refuerza la importancia de mecanismos que abaraten el acceso a alimentos.

El tercero motivo más referido es particularmente pernicioso, se trata del pago de otras deudas. Esto habla de una dinámica de toma de deuda de forma continua, no ya para sostener un nivel de consumo sino para poder hacer frente a las propias deudas. Esto habla de una situación trágica en cuanto a la vida cotidiana de las personas endeudadas, puesto que de este modo –como resaltan Gago y Cavallero[5]– éstas se vuelven recolectoras de ingresos, que redistribuyen en pagos de deudas preexistentes. Casi 1 de cada 4 personas que tomó deuda lo hizo para seguir pagando, es decir, no se trata de un problema trivial de una minoría.

 

Esto habla de una precarización severa de las condiciones de vida, donde ni siquiera el acceso a bienes básicos está garantizado sin el recurso del financiamiento

 

En similares niveles también nos encontramos con mantenimiento y/o refacción del hogar y compra de electrodomésticos y ropa. En todos estos casos el financiamiento es parte del normal proceder de compra, y en condiciones normales de crédito podría considerarse saludable que así sea, para evitar tener que realizar sacrificios mayores de consumo presente. Lo mismo cabe para la compra o refacción de vehículos, que tuvo un séptimo de las respuestas.

 

Motivos del Endeudamiento

Tramas 8 Endeudamiento de hogares en Resistencia: una situación delicada  Revista Tramas

N = 397 (tienen algún tipo de deuda). Nota: se aceptaron respuestas múltiples.

 

Al preguntar sobre el efecto de la pandemia y las medidas tomadas para lidiar con ella, en general, se percibió que hubo un marcado empeoramiento. Más de la mitad de las personas indicó que su situación fue agravada por la pandemia. En una situación intermedia, casi un tercio de las respuestas declaró que el problema es igual de grave que antes del COVID-19. Diferente es el caso de quienes afirmaron que no se trata de un problema considerable (12%) y quienes incluso han visto el problema aliviarse (4%).

 

Problemas de pago

El 67% de las personas que tenían algún tipo de deuda respondieron que tuvieron dificultades para realizar los pagos, lo que indica que 2 de cada 3 hogares que tomaron deuda, entraron en una situación de la que no pueden salir, debiendo tomar deuda para pagar deuda, una suerte de espiral que hunde paulatinamente las condiciones de vida. Esta aseveración se debería constatar observando la relación entre los ingresos y los problemas de pagos.

 

Personas con problemas para pagar respecto del total de endeudadas, por nivel de ingresos

Tramas 9 Endeudamiento de hogares en Resistencia: una situación delicada  Revista Tramas

N = 397 (tienen deuda) % con problema de pago sobre total con deuda por nivel de ingresos

 

Entre los hogares que están en situación de indigencia o de pobreza, 9 de cada 10 personas endeudadas entraron en problemas para pagar. Esto debería encender todas las luces de alarma, pues confirma lo antedicho: quienes peor están, ingresan en una espiral de deuda que no pueden cumplir, poniendo en riesgo sus propios derechos básicos. Superando la línea de pobreza, se verifica una la relación inversa entre nivel de ingresos y dificultad para cumplir con las obligaciones derivadas de los pasivos. Entre los hogares contemplados en riesgo de caer en la pobreza, dos tercios mencionaron tener problemas para cumplir sus obligaciones. Esta proporción desciende al 47% en los hogares que superan la situación de pobreza.

En términos de género, se observa una mayor incidencia de los problemas de pago en mujeres (69%) que en hombres (62%). El 100% de las personas trans que respondieron la encuesta tuvieron problemas de pagos.

Respecto de la condición de actividad, mientras las personas endeudadas que están activas en el mercado laboral acusan una tasa de mora (68%) mayor a quienes no lo están (63%). Respecto de este último grupo, quienes estudian o viven de una jubilación muestran muy bajas tasas de incumplimiento en relación al promedio. Entre quienes están activas, de forma previsible, son personas desocupadas y quienes se dedican a trabajos eventuales quienes tuvieron mayores dificultades para cumplir con las obligaciones derivadas de sus deudas: entre 8 y 9 de cada 10 tuvieron problemas para pagar. Cercano al promedio de toda la encuesta estuvo el guarismo correspondiente a quienes viven del empleo público, donde dos de cada tres tuvieron problemas. El resto de las categorías de personas activas oscila entre 58% y 61%.

Consecuencias

Tramas 10 Endeudamiento de hogares en Resistencia: una situación delicada  Revista Tramas

N = 267 (con problemas de pago)

 

Estas dificultades para cumplir con los pagos tuvieron consecuencias. La primera de ellas fue que se abandonaron gastos considerados superfluos. Si bien supone una reducción del nivel de vida, no afecta necesidades básicas -aunque lo anterior no puede desestimarse el efecto sobre la percepción del nivel de vida y el humor social inducido-.

Los siguientes efectos más mencionados son diferentes: suponen una vulneración a derechos básicos, una afectación a los estándares de vida considerados elementales. En una proporción casi igual a la primera, aparecen el recorte en la calidad o cantidad de alimentos y el abandono de compras consideradas habituales. Más de la mitad de las personas que entró en problemas de pago debió comer menos o comer peor (casi 2 de cada 3 que quienes deuda). Un valor similar de las personas con problemas de pago debió reducir consumos habituales que no son considerados superfluos. Una de cada 5 personas con problemas de pagos sufrió cortes en servicios básicos. Todos estos efectos son, reiteramos, un indicador de cómo la deuda quebranta aquello que hace a una vida digna. Se puede añadir que, en uno de cada 10 hogares con deuda, alguien de ese hogar debió abandonar los estudios, vulnerando así otro derecho humano. Vinculando esto guarismos al total de personas endeudadas, dos de cada cinco que tomaron deuda tuvieron afectaciones directas de derechos en la alimentación.

Al preguntar sobre la manera en la cual se resolvieron estos problemas, la mitad de las respuestas de quienes habían tenido problemas de pagos indicaron que, de hecho, la situación no se resolvió. Esto nos lleva a enfatizar lo antes dicho: tenemos casi la totalidad de las respuestas con deudas, de las cuales dos de cada tres entraron en problemas de pago, y la mitad de estas, nunca resolvieron el conflicto. La deuda en un número significativo de casos (un tercio) lleva a una situación de deuda permanente, sin solución visible.

Resolución del endeudamiento

Tramas 11 Endeudamiento de hogares en Resistencia: una situación delicada  Revista Tramas

N = 267 (con problemas de pago)

La solución más a mano fue, según las respuestas, los préstamos de familiares o personas cercanas. Esto revalida el rol de los vínculos sociales, como alternativa para superar la vulneración ante el endeudamiento. Esto provoca en alto nivel de endogeneidad social, puesto que, de sostenerse el problema, la falta de resolución de los motivos originantes de la deuda se trasladará al circuito de vínculos cercanos del hogar endeudado.

 

tenemos casi la totalidad de las respuestas con deudas, de las cuales dos de cada tres entraron en problemas de pago, y la mitad de estas, nunca resolvieron el conflicto

 

La siguiente forma de solución más recurrida fue la descapitalización, la venta de algún bien a cambio de liquidez. Uno de cada cuatro casos con problemas de pago utilizó esta salida. Esto provoca un empobrecimiento dinámico para quienes se endeudan, no solo por el pasivo persistente y creciente, sino por la pérdida de activos.

Uno de cada cuatro casos resolvió mediante la toma de nuevos créditos. Este valor surge de considerar tanto cuando el mismo acreedor refinanció como cuando otro acreedor habilitó fondos. Esto es simplemente una expresión más de lo que afirmamos antes, la situación de endeudamiento parece perpetuarse en el tiempo.

 

Comentarios finales

El presente artículo reúne los hallazgos de una encuesta sobre la situación de ingresos y deuda en los hogares de Resistencia y su zona de influencia. La misma fue realizada de manera virtual, a través de las redes y contactos de la Escuela de Gobierno de la Provincia del Chaco, durante las últimas dos semanas de febrero de 2021. El momento resulta apropiado para evaluar la situación a un año de la llegada de la COVID-19 al país y el inicio de las medidas de aislamiento social preventivo y obligatorio. Se sabe que esta situación empeoró la crisis económica y social que ya existía. Resulta urgente mejorar la caracterización del problema social no solo para conocerla, sino para poder actuar en virtud de ella.

Los hallazgos de la encuesta son particularmente válidos para los sectores de mayores niveles de estudio, y en especial, entre quienes trabajan en el Estado y personas desocupadas.

Casi la mitad de las personas indicó que trabajó más horas que antes de la pandemia. Y, sin embargo, poco más de tercio señaló que sus ingresos se redujeron en parte, y un 10% incluso indicó que estos se volvieron tan magros que prácticamente (o literalmente) no existen. Es decir, más casi la mitad de las respuestas enfrentan problemas de ingresos vinculados a la actual crisis. Entre quienes recibieron algún tipo de ayuda, el Estado se presenta como la principal fuente de recursos. La segunda fuente de ayuda es la proveniente del aporte de familiares, personas amigas, vecinas o conocidas.

La encuesta muestra una situación de deterioro significativo de las condiciones de empleo, tanto por la pérdida de empleos como por el aumento de las horas destinadas al trabajo, y la pérdida de ingresos. Estos son determinantes centrales al momento de entender la situación de endeudamiento. Casi la totalidad de las personas encuestadas reconoció tener deudas de algún tipo. Distinguimos entre aquellas originadas en créditos, y las que provienen de atrasos en los pagos. Dos de cada tres personas reconocieron tener deudas de este último tipo, aunque la incidencia pareció mayor entre las mujeres, lo cual puede estar explicado tanto por sus peores condiciones laborales como por su rol como responsables de las tareas domésticas –incluyendo la administración de fondos del hogar.

Entre las fuentes más relevantes se encontraron bancos y tarjetas de créditos. Dos de cada tres personas que tenían algún tipo de deuda tuvieron algún tipo de problema para cumplir con los pagos. Entre los hogares que están en situación de indigencia o de pobreza, 9 de cada 10 personas endeudadas entraron en problemas para pagar. Quienes peor están, ingresan en una espiral de deuda que no pueden cumplir, poniendo en riesgo sus propios derechos básicos. Superando la línea de pobreza, se verifica una la relación inversa entre nivel de ingresos y dificultad para cumplir con las obligaciones derivadas de los pasivos.

 

se observa una mayor incidencia de los problemas de pago en personas de género femenino con deudas que en aquellas de género masculino

 

En términos de género, se observa una mayor incidencia de los problemas de pago en personas de género femenino con deudas que en aquellas de género masculino. Respecto de la condición de actividad, mientras las personas endeudadas que están inactivas en el mercado laboral acusan una menor tasa de mora, en especial, quienes estudian o viven de una jubilación muestran muy bajas tasas de incumplimiento en relación al promedio. Entre quienes están activas en el mercado laboral, de forma previsible, son personas desocupadas y quienes se dedican a trabajos eventuales quienes tuvieron mayores dificultades para cumplir con las obligaciones derivadas de sus deudas: entre 8 y 9 de cada 10 tuvieron problemas para pagar.

Estas dificultades para cumplir con los pagos tuvieron consecuencias. La primera de ellas fue que se abandonaron gastos considerados superfluos, asociados a gustos. Se trata del efecto más esperable en términos de estrategia de respuesta: el recorte de gastos considerados prescindibles. En una proporción casi igual a la primera, aparecen el recorte en la calidad o cantidad de alimentos y el abandono de compras consideradas habituales. Más de la mitad de las personas que entró en problemas de pago debió comer menos o comer peor. Una de cada 5 personas con problemas de pagos sufrió cortes en servicios básicos. Se puede añadir que, en uno de cada 10 hogares con deuda, alguien de ese hogar debió abandonar los estudios.

Al preguntar sobre la manera en la cual se resolvieron estos problemas, la mitad de las respuestas de quienes habían tenido problemas de pagos indicaron que, de hecho, la situación no se resolvió. Esto nos lleva a enfatizar lo antes dicho: tenemos casi la totalidad de las respuestas con deudas, de las cuales dos de cada tres entraron en problemas de pago, y la mitad de estas, nunca resolvieron el conflicto. La deuda en un número significativo de casos (un tercio) lleva a una situación de deuda permanente, sin solución visible. La solución más a mano fue, según las respuestas, los préstamos de familiares o personas cercanas. Esto revalida el rol de los vínculos sociales, como alternativa para superar la vulneración ante el endeudamiento. La siguiente forma de solución más recurrida -uno de cada cuatro casos- fue la descapitalización, la venta de algún bien a cambio de liquidez. En la misma proporción se resolvió mediante la toma de nuevos créditos.

Respecto del futuro, un 26% de las personas endeudadas señaló que incluso si hay recuperación económica, no será suficiente para poder lidiar con su situación de deudas. De este guarismo, 12% de las respuestas indica que requerirá necesariamente algún tipo de ayuda. El informe completo incluyó un análisis sobre posibles recomendaciones de políticas públicas surgidas de la propia opinión de las personas encuestadas.

Aún con las limitaciones marcadas en el inicio, este artículo permite revisar la situación de ingresos y endeudamiento de los hogares en Resistencia y su zona de influencia. Se da cuenta de una situación de deterioro generalizado de los ingresos y empeoramiento de la situación de deuda, aunque se encuentran algunas especificidades relevantes. Una parte significativa de las deudas se encuentran definidas dentro de los sistemas formales, lo que admite tratamiento institucional del problema. Asimismo, considerando los motivos que llevaron a la toma de deuda, es posible pensar en políticas públicas para resolver la situación.


[1] El informe completo se puede encontrar en http://escueladegobierno.chaco.gov.ar/files/documentos-de-trabajo/endeudamiento-de-sectores-medios-gran-resistencia.pdf

[2] Ver por ejemplo el informe sobre “Impactos de un programa económico de ajuste. La deuda en las finanzas públicas y los hogares en Chaco”, de 2020, disponible en http://escueladegobierno.chaco.gov.ar/files/documentos-de-trabajo/deuda-chaco-2020.pdf

[3] Si bien esta encuesta puntual es una iniciativa propia de la Escuela, la misma contribuye a la investigación llevada a cabo por el PISAC-COVID-19 “Dinámicas de endeudamientos de familias y empresas durante la pandemia y postpandemia COVID-19. Impactos sobre las desigualdades”.

[4] Si bien se trata de una minoría, llaman la atención las respuestas que indican que sus ingresos subieron. Vale recalcar que, de las 21 respuestas en esta categoría, 4 casos responden que esto ocurrió porque cobraron una asignación del Estado (IFE u otra similar). Es decir, están en una situación muy comprometida también.

[5] Cavallero, Luci y Verónica Gago (2019). Una lectura feminista de la deuda. Buenos Aires: Fundación Rosa Luxemburgo.

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