Conversando con Pablo Nemiña

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Conversando con Pablo Nemiña


Por: José María Morales
Tramas pablo-nemiña Conversando con Pablo Nemiña  Revista Tramas

La problemática financiera, cambiaria y económica en un marco político de elecciones

La actual coyuntura macro-financiera nos obliga a repensar las implicancias de una problemática  que encuentra su origen en el actual endeudamiento externo, la fragilidad de las cuentas externas, y las políticas económicas que se implementan. Todo esto, toma mayor significancia en un marco político directamente influido por el advenimiento de las elecciones presidenciales. Es así que, aquejados por las consecuencias este escenario poco feliz y en tiempos en donde se debe decidir con el voto el rumbo futuro del país, tanto en el plano político y en el económico-social,  precisamos de un análisis que permita conjugar estos elementos, buscando respuestas ante las tantas inquietudes que se desprenden de cuestiones como la sustentabilidad del acuerdo con el Fondo Monetario, la inestabilidad del mercado cambiario, la recesión económica y las visiones que los candidatos tienen con respecto a la problemática. En base a ese objetivo, resulta necesario acudir a un experto, especializado en el estudio del rol del FMI en las transformaciones recientes en la economía política internacional y con una visión analítica del proceso de desarrollo económico en la Argentina.

Pablo Nemiña es Investigador Asistente del CONICET con sede en el IDAES – UNSAM e Investigador Asociado de la FLACSO – Argentina. Es Licenciado en Sociología y Doctor en Ciencias Sociales por la UBA. Dicta cursos de grado y posgrado en esta casa de estudios y también en la Universidad Nacional de San Martín, la FLACSO – Argentina y la Universidad de Bologna. Es coautor de “Neoliberalismo y Desendeudamiento. La relación Argentina – FMI” (Capital Intelectual, Buenos Aires, 2007) y ha escrito numerosos artículos y ponencias sobre el papel del FMI en las crisis financieras, las negociaciones con los países implicados y el proceso de desarrollo económico en la Argentina.

Cinco días después de la celebración de las elecciones primarias, que funcionaron como reflejo de la voluntad política de la sociedad y luego de una situación de estrés financiero, en donde el mercado cambiario tuvo una fuerte corrida hacia el dólar, me comunico con Pablo para analizar el pasado cercano, el presente, y el futuro que nos espera en el marco político-económico.  Son cerca de las doce del mediodía y luego de un destiempo por algunos problemas en la conexión, pudimos establecer contacto. Sin más ruedos y aprovechando la naturalidad que lo caracteriza para adentrarse en un debate de las dimensiones que nos convocaba, empiezo las preguntas.

¿Cómo ves la coyuntura actual luego de las PASO? ¿Qué análisis te suscita los sucesos recientes en el plano político-económico?

“El resultado de las PASO fue inesperado para buena parte de los actores políticos y económicos. Generó, como primera reacción, una turbulencia financiera expresada en la venta de activos locales. Primero, por la mayor incertidumbre que genera el Frente de Todos en los inversores financieros, y también porque los mercados estaban “sobre-comprados” en operaciones que se habían hecho el viernes anterior a las elecciones, que respondían a la divulgación de información de encuestas que daban un resultado muy alejado al que fue. A partir de ahí hubo un clima de zozobra que en las últimas horas parece haberse estabilizado temporalmente. Se produjo una conversación entre el presidente y el principal candidato de la oposición, en la cual se habló de cierto consenso en relación con la importancia de que haya estabilidad macro financiera y porque los actores principales parecen coincidir en que este dólar es suficientemente competitivo y no se ve en el corto plazo ningún tipo de «turbulencia nueva».

 De acá a las próximas elecciones, ¿ves sostenible ese acuerdo de voluntad entre candidatos? ¿Cómo interpretas que va a ocurrir la transición, o lo que queda de ella?

“Es un momento de mucha incertidumbre. A la inquietud política que genera cualquier proceso eleccionario, se le suma la incertidumbre económica y financiera derivada, principalmente, de la crisis de balanza de pagos que está atravesando la Argentina y, particularmente, un shock financiero. Todo eso configura un clima de elevada incertidumbre que limita las posibilidades de predecir con exactitud y plantear proyecciones. De todas formas, uno puede pensar escenarios posibles o factibles. En primer lugar, las posibilidades de que el oficialismo sea reelecto son bajas, entonces los escenarios que planteo están pensados en función de una eventual victoria de la oposición. Aquí se puede pensar en una menor conflictividad y tensión económica derivada del alcance de un acuerdo con las principales fuerzas económicas y los principales actores en términos de establecer un programa de crecimiento con eje en el mercado interno que reactive la economía. En este punto, va a ser muy importante generar un diálogo y consenso con el FMI. El otro escenario posible es uno de mayor tensión, caracterizado por persistentes dudas de los acreedores, que generen nuevas complicaciones en el mercado de cambios, acompañado de una posición confrontativa con el FMI, que aumente la incertidumbre e impida generar o consolidar un programa de crecimiento”.

Si nos posicionamos en la posibilidad de un acuerdo positivo, ¿cómo percibís que se va a desenvolver la relación de un FMI que responde a ciertos grupos de interés frente a un candidato más popular y con vistas hacia el mercado interno?

“Es una pregunta clave y aquí importa decir varias cosas:

En primer lugar, el Fondo Monetario va a seguir siendo un actor relevante en la economía argentina por algunos años. ¿Por qué? Principalmente porque Argentina ha firmado un acuerdo stand by en el cual ha recibido una cantidad de financiamiento muy significativa y con una estructura de vencimientos concentrados en los años 2022 y 2023. El país va a tener que devolver aproximadamente 23.000 millones de dólares por año, monto que compromete muchísimo las cuentas externas y que habilita a pensar que va a ser necesaria una refinanciación de esos montos. Como el fondo no hace refinanciaciones sino que firma “nuevos acuerdos”, autorizando la renovación del financiamiento que compensa los desembolsos anteriores, se puede ver una continuidad clara en el vínculo con el Fondo, siendo éste un actor clave de la economía. De todas formas, resulta aún incierto cómo va a operar finalmente el Fondo.

el Fondo Monetario va a seguir siendo un actor relevante en la economía argentina por algunos años. Principalmente porque Argentina ha firmado un acuerdo stand by en el cual ha recibido una cantidad de financiamiento muy significativa y con una estructura de vencimientos concentrados en los años 2022 y 2023

 

Lo anterior nos conduce al desarrollo del segundo punto. Si bien es cierto que el organismo tiene un sesgo neoclásico, ortodoxo y tiende a privilegiar los pagos de deuda, por otro lado, ha demostrado cierto pragmatismo y atención a las limitaciones estructurales. Además, ante el abultado monto de la deuda, con Argentina como principal deudor, el FMI también se ve expuesto a condicionamientos. Lo anterior significa que una posición muy rígida de parte del organismo, que agrave la crisis económica en nuestro país, puede generarle un problema. Argentina y el FMI son socios en este momento.

Tercer punto, el resultado de esa negociación no está escrito de antemano. El desenvolvimiento de ese vínculo, va a ser condicional, es decir va a ser resultado de condicionantes estructurales, pero también de características particulares del vínculo. Como las negociaciones las hacen personas, que cuentan con orientaciones políticas propias, estilos de negociación y afinidades personales,  estos factores también inciden; resta entonces un margen de incertidumbre. Evidentemente venimos de dos años de un vínculo cooperativo en el cual el FMI se mostró flexible y dispuesto a otorgar concesiones. Al mismo tiempo, hubo mucha afinidad en los puntos de vista entre el gobierno de Cambiemos y el Fondo. Probablemente, eso cambie en alguna medida, porque ya ha sido manifestado por el candidato opositor que plantea otra agenda económica. De hecho, es oposición por eso, porque propone un programa económico diferente, con eje en el crecimiento, en el mercado interno, con mayor inclusión y con otra distribución del ingreso dentro de los límites posibles. Esa propuesta, entonces, va a generar cierto cambio en el vínculo, pero la gran incertidumbre va a estar vinculada con la evolución de ese cambio en el marco de los condicionamientos”. 

 

¿Hasta qué punto esta “ventaja” de Argentina, en cuanto a ser el mayor deudor, puede implicar una postura que proponga un corte de relaciones con el Fondo? ¿Es posible ese escenario?

una posición muy rígida de parte del organismo, que agrave la crisis económica en nuestro país, puede generarle un problema. Argentina y el FMI son socios en este momento

 

“Dada la situación comentada anteriormente, es altamente improbable que cualquiera de los candidatos que están en carrera decida tomar ese rumbo. Argentina y el Fondo están mutuamente imbricados y condicionados. Es clave entender, más allá de las restricciones que genera esta relación en cuanto al margen de política económica, que este organismo es una de las principales instituciones que provee  al país de financiamiento internacional. En una situación en la que existe un endeudamiento muy alto y hay incertidumbre con respecto al sostenimiento del pago de la deuda, no parece una decisión muy sagaz romper con el Fondo Monetario. Si se produce la cesación de pagos con el organismo, la situación financiera internacional sería mucho más grave. Los costos de entrar en cesación de pagos con el FMI son altísimos, porque te quedás fuera del financiamiento internacional siendo un país que está atravesando una crisis de balanza de pagos.”

 

Cabe aclarar que en la pregunta anterior, me atreví a asumir el rol de abogado del diablo, en aras de exponer la visión de aquellos economistas y periodistas más ortodoxos que plantean que, en caso de que el Frente de Todos triunfe en las elecciones, el escenario más probable es el de corte de relaciones con el FMI. Ante mi aclaración, Pablo replicó: “Veo a esos planteos como electoralistas. Nada hace pensar que los principales candidatos, tanto los oficialistas como los de la oposición, pasen a tener una política de ruptura con el FMI, ya que, incluso los principales referentes económicos de ambos lados lo han señalado así”.

Nada hace pensar que los principales candidatos, tanto los oficialistas como los de la oposición, pasen a tener una política de ruptura con el FMI, ya que, incluso los principales referentes económicos de ambos lados lo han señalado así

 

En base a lo discutido anteriormente, aproveché la oportunidad para orientar la entrevista hacia un análisis de largo plazo, teniendo en cuenta que la coyuntura y las elecciones abren espacio para pensar las estrategias a futuro. En esa línea, le pregunté a Pablo:

 

¿Cómo podríamos mirar hacia adelante para aprender de lo actual y poder empezar a construir un camino que no tenga que reincidir en la relación con el Fondo, el endeudamiento externo y las crisis de balanza de pagos? ¿Qué puntos detectás como importantes en este camino?

sería propicio crear un fondo contra-cíclico de auto-aseguramiento y, con ello, reforzar la confianza, de manera de generar crecimiento del mercado financiero local e inversión en moneda nacional y que eso confluya con el financiamiento regional y alternativo en términos internacionales

 

“Argentina, durante la gestión de Néstor Kirchner, pagó la deuda por anticipado al FMI y  consiguió un grado de autonomía financiera muy alto. Allí se avanzó en un programa de desendeudamiento que fue reflejo de una inserción financiera pos-hegemónica, procurando ganar márgenes de autonomía con respecto al orden liberal financiero, el statu quo. El inconveniente para los países de América Latina, a diferencia de los de Asia, es que no se generó una red financiera regional. Es por eso que ante el empeoramiento de las condiciones financieras y el agravamiento de la balanza de pagos, algunos países como Argentina y el Ecuador, han tenido que recurrir al FMI. Entonces, debido a que la situación argentina indica que, al menos por unos años, vamos a estar vinculados al Fondo, de cara al futuro, es importante generar mecanismos de financiamiento alternativo. Nuestro país ha avanzado algo al respecto, por ejemplo el swap firmado con China y los acuerdos de inversión para conseguir financiamiento alternativo. Pero sería interesante avanzar más en estos mecanismos alternativos, de carácter regional, al tiempo que sería conveniente generar propios. Con lo anterior quiero decir que,  a partir de una disponibilidad de divisas propias, resultado, en parte, de las exportaciones, sería propicio crear un fondo contra-cíclico de auto-aseguramiento y, con ello, reforzar la confianza, de manera de generar crecimiento del mercado financiero local e inversión en moneda nacional y que eso confluya con el financiamiento regional y alternativo en términos internacionales”.

Desde tu perspectiva, ¿es posible empezar a implementar esta propuesta en el corto plazo? En la actualidad, ¿están dadas las condiciones internacionales para ello?

“En el corto plazo la urgencia pasa por obtener financiamiento de manera de enfrentar la crisis de balanza de pagos. Las condiciones financieras internacionales son complicadas y existe incertidumbre. Siempre que haya baja liquidez internacional es difícil avanzar en mecanismos de financiamiento. China se posiciona como uno de los principales actores financieros alternativos a escala global, pero está disminuyendo el ritmo de su crecimiento y han surgido dudas con relación a su nivel de endeudamiento. Argentina, como comentamos, está resolviendo la crisis de balanza de pagos y se encuentra con riesgo de lograr sostener el pago de su deuda. Ante las condiciones descritas, se configura un escenario con una agenda signada por el corto plazo. Sin embargo, puede pensarse en esta situación como un horizonte, donde se avance pensando en el mediano  y largo plazo y, de hecho,  potenciar ese camino cuando las condiciones financieras lo hagan más posible, siempre teniendo en cuenta que el escenario geopolítico sea afín a ese objetivo. Actualmente, por ejemplo, las administraciones de Brasil o Colombia, se muestran mucho menos proclives a generar cooperación regional en clave autonomista, lo que refuerza la idea de que el escenario a futuro sea más alejado del que nos amerita ahora”. 

¿Qué análisis podrías efectuar sobre las posibilidades de explotar los  yacimientos de Vaca Muerta, tanto en términos productivos como a los efectos de que funcione como generador de divisas,? Esa explotación, ¿podría contribuir a solucionar la crisis de balanza de pagos? ¿Cuáles serían los costos?

En un contexto en donde existe un déficit de balanza de pagos es importante aumentar la disponibilidad de dólares, y es ahí donde Vaca Muerta adquiere un rol estratégico

 

“Vaca Muerta tiene como principal atractivo ser una fuente de recursos carburíferos muy importante, de gas y petróleo. Argentina tiene un reservorio importantísimo, es uno de los más grandes del mundo, es importante como recurso natural y, por ende, como recurso económico. Sin embargo, para su explotación, es necesario hacer una inversión muy grande. El hecho de potenciar Vaca Muerta va a generar una serie de beneficios como el autoabastecimiento energético, los encadenamientos con diferentes industrias y actores que van a permitir mejorar las tecnologías y aumentar la oferta de dólares, dado que gran parte de esa producción va a poder ser exportada. En un contexto en donde existe un déficit de balanza de pagos es importante aumentar la disponibilidad de dólares, y es ahí donde Vaca Muerta adquiere un rol estratégico. Ahora bien, sería erróneo pensarlo como una salvación. Aunque existe un consenso entre los actores políticos y económicos para promover la exportación, a su vez, es necesario sostener un proceso de crecimiento. Hay que crecer y, por ende, aumentar la riqueza. Es condición sine qua non para el funcionamiento de cualquier economía, especialmente para una Argentina con endeudamiento alto. Los muertos no pagan sus deudas, los pobres no pagan sus deudas. El tema es cómo crecer. En Argentina, los esquemas basados puramente en exportación son política y económicamente inviables porque se basan en la explotación de la tierra y los recursos naturales, en detrimento de las políticas de crecimiento basadas en el mercado interno. Por lo tanto, es aquí donde se necesita apuntalar para avanzar en un sendero de crecimiento sostenible, fortalecer la estructura de la economía. En ese sentido hay que ser astutos e inteligentes en el diseño de una política económica que tome en cuenta estas dos dimensiones: mercado interno y exportación”.

Es interesante contrastar esta visión que planteas con lo que otros expertos recomiendan como salida de la crisis actual, ¿se puede continuar ajustando las cuentas públicas, en detrimento del mercado interno?

hay que ser astutos e inteligentes en el diseño de una política económica que tome en cuenta estas dos dimensiones: mercado interno y exportación

 

“Justamente, parte del origen de esta crisis se debe a que hubo un gran ajuste. La política de déficit cero con un achicamiento del gasto público muy grande ha generado un desplome de la actividad interna y, con ello, del crecimiento económico. Por lo tanto, y en línea con lo antedicho, es necesario que el FMI entienda que esto es inviable, incluso para sus propios intereses que se reflejan en la posibilidad de que Argentina pague su deuda. Es necesario generar un margen fiscal, que debe ser abordado responsablemente para contemplar los diferentes condicionamientos que existen”.

Ya casi pasando los cincuenta minutos de conversación, se aproximaba la hora del almuerzo, por ello, entendí que era pertinente concluir nuestra charla. Así, me propuse formularle la última pregunta, apelando a su carácter de experto y, al mismo tiempo, ciudadano común.

¿Cómo te sentís frente a lo que sucede en nuestro país?

“Estoy muy expectante por el proceso que se abre, creo que es necesario dar un giro. Esta política económica ha demostrado ser equivocada, ha generado diversos costos, entre ellos, el aumento de la desocupación, la desigualdad, la pobreza y la indigencia. La calidad del empleo se ha deteriorado y la actividad económica no muestra señales de mejorar. Esta política económica es inviable, se necesita cambiar el sentido; por eso mismo es que me encuentro expectante respecto a los escenarios que se advierten. Entiendo que la principal plataforma política plantea este cambio de rumbo, pero también encuentra limitantes en cuanto al margen político para su implementación. Habrá que esperar los resultados de las negociaciones y de lo que se pueda llevar a cabo dados los poderes fácticos. Pero, en principio, creo que está claro el diagnóstico y está puesto en el centro del debate”.

Al finalizar, le agradecí y lo saludé deseando en mi interior volver a entablar una futura conversación que nos encuentre discutiendo más sobre un camino al desarrollo que sobre una transición traumática como la que estamos afrontando en la actualidad. Asimismo, entendí la necesidad de discutir los procesos actuales con responsabilidad, pues conforman la condición necesaria para empezar a construir visiones que eviten la reincidencia en errores históricos.

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